Emanuel Ortega se recibió de león, buen compañero y hombre con todas las letras en todo este tiempo que estuvo al lado de Julieta Prandi. Se bancó todas y estuvo siempre al lado de su mujer durante el interminable proceso que terminó ayer con la condena de Claudio Contadi a 19 años de prisión. La sostuvo, la contuvo, la escuchó, la dejó hablar, le cocinó, le hizo mimos, le escribió una canción. La ayudó a sanar. A recuperar la fe. A creer de nuevo en el amor.
La frutillita del postre a tanta “buena letra” llegó en estas horas, cuando además de todo eso le contestó a Nicolás Marquez, el hombre más cercano a Javier Milei, que criticó el fallo que declaró culpable de abusos (sexuales, físicos, sicológicos y económicos) y mandó a la cárcel al ex marido de la modelo. “Me permito dudar, no me cierra todo esto” dijo -palabras más, palabras menos- el biógrafo del presidente.
En ese texto (que borró de sus redes ante el alto rechazo que recibía), Marquez llamó al cantante “un tal Emanel Ortega”. En el inicio de su respuesta, el ex de Ana Paula Dutil utilizó la misma fórmula. “Mensaje para “un tal” Nicolás Marquez Noriega” tiró de entrada para hacerle saber a su enemigo que no llegaba para decir algo livianito.
“No voy a detenerme en las denuncias que usted tiene de abusos contra su hija, o violencia contra su ex esposa” siguió en el mismo tono. “De eso ojalá se encargue la justicia. Pero al leer sus reflexiones alarmantemente retrogradas, machistas y por demás repugnantes, que no hacen otra cosa que dejar en evidencia su enanismo intelectual, lo primero que me genera es lástima” tiró después.
EMANUEL ORTEGA DEFENDIO A JULIETA PRANDI DEL ATAQUE DEL HOMBRE MAS CERCANO DE JAVIER MILEI
Si eso les parece mucho, esperen a lo siguiente porque es completa y totalmente tremendo. “Lo segundo (y pido disculpas de antemano por el exabrupto) es ganas de cagarlo bien a trompadas. No sólo por meterse con mi pareja, sino por meterse con una víctima de las peores aberraciones que una mujer pueda soportar de manos de un “hombre”, que por lo visto bien podría haber sido usted” le mandó.
“Lo invito a que se llame a silencio. Y si decide no hacerlo, lo invito a que lo próximo que tenga para decir me lo diga en la cara. La vida nos da una y otra vez la posibilidad de elegir. La próxima vez que elija abrir la boca, piénselo un poco mejor. Y si no le da para pensar mejor, simplemente no diga nada”. Tremenda la respuesta. Le “cantó las 40”, nunca mejor dicho.