El Consejo del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, encabezado por Máximo Kirchner, resolvió convocar a elecciones para la renovación de autoridades el próximo 15 de marzo de 2026. La decisión se tomó durante una reunión en el municipio de Malvinas Argentinas, cuyo anfitrión fue Leonardo Nardini. Aunque se estableció el cronograma formal, los distintos sectores internos manifestaron su voluntad de alcanzar una lista de unidad que haga innecesaria la contienda en las urnas, transformando la fecha estipulada en un mero trámite administrativo.
El encuentro comenzó con demoras respecto al horario previsto de las 14 horas, debido a las negociaciones previas impulsadas por el sector alineado con el gobernador Axel Kicillof. Agrupados en el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), una comitiva llegó más tarde tras celebrar su propia cumbre. El nudo del conflicto político radicó en el rechazo del MDF a mantener la actual composición del consejo sin cambios, exigiendo una discusión más profunda sobre la estructura de poder interno.
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El punto central de la negociación, liderada por figuras como Fernando Espinoza, Julio Alak, Verónica Magario y Andrés Larroque, fue la demanda de igualdad en la designación de los apoderados y en la integración de la Junta Electoral. El sector de Kicillof condicionó el acuerdo a obtener “una representación equitativa” en estos órganos clave, rechazando la oferta inicial que pretendía “mantener todo como está”.
Para destrabar la situación, se avanzó en una propuesta de ampliación del número de apoderados legales del partido. La intención es modificar el esquema vigente, dominado por cuatro representantes del kirchnerismo, para pasar a una composición mixta que incluye, en principio, a tres apoderados del sector de Cristina Kirchner y tres del Movimiento Derecho al Futuro.
Al finalizar la jornada, Andrés Larroque enfatizó la postura política de su espacio, subrayando la necesidad de un PJ bonaerense que respalde de forma contundente al gobernador Kicillof. El ministro definió el momento como una etapa delicada para la Argentina, instando a construir una alternativa hacia 2027 que ponga un límite a las políticas de Javier Milei.
La reunión también incluyó un segmento dedicado a la cuestión gremial y al recuerdo de dirigentes históricos. Cristian Jerónimo, co-secretario general de la CGT, expuso sobre la situación de los trabajadores frente al intento de reforma laboral del gobierno nacional, destacando la reciente postergación de su tratamiento en el Senado. Asimismo, el consejo rindió homenaje al intendente Juan José Mussi, fallecido el pasado 24 de noviembre.
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La trastienda de la negociación y el factor sindical
La estrategia de los cercanos a Kicillof se terminó de pulir horas antes del encuentro oficial, durante una cumbre paralela realizada en el Polideportivo La Torcazita de Ituzaingó, donde los anfitriones Pablo y Alberto Descalzo recibieron a la vicegobernadora Verónica Magario y a ministros clave del gabinete provincial. Sorpresivamente, Juan Zabaleta estuvo ahí, luego de un tiempo de distanciamiento.
La tensión principal que se trasladó a la mesa de negociación no fue por las candidaturas, sino por el control de la “lapicera” legal del partido. El sector de Kicillof puso el foco en modificar la nómina actual de apoderados, integrada por figuras kirchneristas como Patricia García Blanco y Facundo Tignanelli.
Si bien se aceptó el 15 de marzo como fecha de elecciones para regularizar la situación (dado que el mandato de Máximo Kirchner venció este jueves), desde el entorno del gobernador hubieran preferido estirar los plazos hasta abril. Sin embargo, cedieron en el calendario a cambio de mantener abierta la discusión sobre la Junta Electoral.
TC
