El presidente Donald Trump volvió a poner en el centro del debate a la comediante Rosie O’Donnell este sábado, al sugerir en su red Truth Social que está considerando revocar su ciudadanía estadounidense debido a sus constantes ataques públicos y su postura crítica hacia Estados Unidos. Aunque legalmente no puede hacerlo, el mensaje del mandatario refleja su frustración con figuras que ya no representan los valores de la nación.
”Dado que Rosie O’Donnell no está en el mejor interés de nuestro Gran País, estoy considerando seriamente quitarle la ciudadanía. Es una amenaza para la humanidad y debería quedarse en el maravilloso país de Irlanda, si la quieren. ¡DIOS BENDIGA A AMÉRICA!”, escribió Trump.
O’Donnell, nacida en Nueva York, ha sido una feroz crítica de Trump durante casi dos décadas, iniciando su enemistad pública en 2006 cuando lo atacó en televisión nacional. Desde entonces, ha usado repetidamente su plataforma para denigrar al ahora presidente, incluso comparándolo con personajes de ficción como el tirano ”rey Joffrey” de Game of Thrones.
La publicación de Trump surge después de que O’Donnell confirmara en marzo, a través de un video de TikTok, que se mudó a Irlanda en enero, afirmando que no regresaría a Estados Unidos hasta que ”todos los ciudadanos tengan igualdad de derechos”.
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También reveló que está en proceso de obtener la ciudadanía irlandesa, algo que ha sido visto por sus detractores como un rechazo simbólico a su país de origen.
Para Trump y el pueblo estadounidense, este tipo de declaraciones refuerzan la percepción de que muchas celebridades de izquierda, como O’Donnell, son más leales a sus agendas ideológicas que al bienestar del país.
Su decisión de abandonar Estados Unidos mientras continúa atacando a la nación desde el extranjero ha generado un fuerte rechazo entre conservadores y simpatizantes del presidente, así como de la ciudadanía norteamericana.
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Durante una reunión en marzo con el primer ministro irlandés Micheál Martin, Trump no evitó el tema: ”¿Por qué dejarían que Rosie O’Donnell se mude a Irlanda? Creo que va a reducirles los niveles de felicidad”, bromeó el presidente, en un comentario que fue celebrado entre su base como una muestra más de su estilo directo.
A pesar de que constitucionalmente el presidente no tiene autoridad para revocar la ciudadanía de ciudadanos nacidos en Estados Unidos, como es el caso de O’Donnell, el gesto político de Trump ha sido interpretado como un rechazo a la hipocresía de figuras públicas que aprovechan los beneficios de ser estadounidenses mientras difunden narrativas negativas sobre el país.
En un entorno político marcado por profundas divisiones, Trump continúa posicionándose como un defensor de los valores patrióticos tradicionales, y no teme confrontar a quienes trabajan activamente para debilitar la unidad nacional desde dentro o fuera del país.
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