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Se licúa el bono de $70.000 para jubilaciones mínimas: cayó 37% interanual en marzo

El gasto destinado al bono extraordinario de $70.000 que complementa las jubilaciones mínimas registró en marzo una reducción interanual del 37%, de acuerdo con un informe publicado por la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP). El estudio señala además que, en el acumulado del primer trimestre de 2025, la caída de esta partida fue del 31%.

Según los datos relevados por la consultora, el Estado nacional destinó $249.635 millones en marzo para cubrir este refuerzo destinado a los jubilados de menores ingresos. Entre enero y marzo, el gasto total en este concepto alcanzó los $748.951 millones.

El bono fue dispuesto por el Decreto N°145/2025 y se otorgó en un contexto de ajustes periódicos de haberes mediante el mecanismo de movilidad previsional. En el tercer mes del año, la movilidad jubilatoria se actualizó sobre la base del índice de inflación de enero de 2025, lo que derivó en un aumento nominal del 2,21% en los haberes respecto del mes anterior. Esto llevó el haber mínimo a $279.122. Al sumarse el bono de $70.000, el monto total percibido por quienes cobran el haber mínimo fue de $349.122.

El informe de ASAP detalla que ese total representó un incremento real del 9,5% frente a marzo de 2024, aunque aclara que este aumento fue influido por la baja base de comparación. En los primeros meses de 2024, los haberes mínimos se encontraban rezagados como consecuencia del efecto inflacionario posterior a la devaluación de diciembre de 2023 y por el retraso acumulado que presentaba la fórmula de actualización vigente en aquel momento.

No obstante, el estudio también realiza una comparación interanual más extensa: al contrastar el haber mínimo más bono de marzo de 2025 con el correspondiente al mismo mes de 2023, se observa una reducción del 21,6% en términos reales. De acuerdo con ASAP, este retroceso representa una pérdida de poder adquisitivo significativa, especialmente en los segmentos de menores ingresos, dado que los montos están por debajo de los niveles necesarios para cubrir canastas básicas de consumo.

El documento de la Asociación también proyecta los valores para abril. Según la fórmula actual de movilidad previsional, el haber mínimo para el cuarto mes del año ascendería a $285.825. Sin embargo, al tomar como referencia la inflación de febrero (2,4%) y la de marzo (3,7%), se anticipa una caída en términos reales respecto del monto percibido en marzo.

Gasto total en prestaciones previsionales y sociales

El informe incluye además datos sobre otras partidas vinculadas al sistema de seguridad social. Entre ellas, se destacan las Pensiones no Contributivas por Invalidez, que son gestionadas por la Agencia Nacional de Discapacidad. En marzo, estas pensiones implicaron un gasto de $229.056 millones para atender a casi 1,2 millones de beneficiarios. Según el relevamiento de ASAP, este rubro tuvo un crecimiento interanual del 28,5% y una expansión del 35,4% en el acumulado del primer trimestre.

En relación con el gasto total del Estado nacional, el reporte destaca que las prestaciones del sistema previsional contributivo (sistema de reparto) representaron en marzo el 23,2% del gasto primario. Dentro de este universo, las erogaciones vinculadas a la moratoria previsional explicaron el 14,9% del gasto primario del mes.

El bono de $70.000, por su parte, representó en marzo el 3,2% del gasto primario total. Este dato marca una reducción de 2 puntos porcentuales en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que pone en evidencia una menor participación relativa de este componente dentro del presupuesto general.

Contexto inflacionario y ajustes en la movilidad

La fórmula de movilidad previsional, vigente desde abril de 2024, establece que los haberes se actualicen tomando como base el índice de inflación publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). En este marco, los incrementos mensuales están sujetos a la evolución de los precios, lo que implica una dinámica de ajuste mensual, aunque con rezagos que impactan en el poder de compra de los beneficiarios.

El bono extraordinario, por su parte, ha sido una herramienta utilizada por el Poder Ejecutivo para compensar parcialmente esos rezagos. En la actualidad, su aplicación se concentra en quienes perciben el haber mínimo. El valor de este bono ha sido modificado en distintas ocasiones, y su continuidad depende de decisiones administrativas mensuales o trimestrales.

Si bien en términos mensuales se registró en marzo un leve repunte del poder adquisitivo para los beneficiarios del haber mínimo gracias a la combinación del aumento por movilidad y el bono, las comparaciones anuales muestran una tendencia regresiva en términos reales, especialmente al considerar el impacto de la inflación acumulada desde principios de 2023.

Perspectivas para los próximos meses

ASAP advierte en su informe que, de mantenerse las actuales condiciones macroeconómicas y la fórmula de actualización, el poder adquisitivo de las jubilaciones mínimas podría continuar oscilando en función de la evolución inflacionaria. En un escenario de inflación mensual superior al 3%, como fue el caso de marzo, los aumentos nominales definidos por la movilidad podrían no alcanzar para preservar el valor real de los haberes, incluso con la aplicación de bonos compensatorios.

En este sentido, el monitoreo de las variables macroeconómicas y de los mecanismos de actualización previsional se vuelve central para evaluar el impacto fiscal del sistema y su relación con el nivel de cobertura social en los sectores más vulnerables.

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