Vamos a gastar un billón de dólares en infraestructura de IA. ¡Sí, un billón, que son muchos ceros…exactamente 12 ceros detrás de un 1! Y todo para que las máquinas hagan… ¿qué exactamente? ¿Resolver problemas complejísimos? . En P3 de escuela de negocios te enseñan que sustituir trabajos de bajo costo con tecnología carísima no es precisamente el modelo de negocio del siglo. Es como cambiar tu bici de montaña por una maccina Ferrari para ir a comprar el pan. Impresionante, sí, pero ¿realmente necesario?
En las últimas décadas, las grandes revoluciones tecnológicas siempre han sido sobre soluciones que hacían las cosas más baratas y eficientes. ¿Recordás cuando Amazon empezó a vender libros y destronó a Barnes & Noble? O cuando Uber, algunas décadas después, logró que tomar un coche-taxi fuera más accesible que un servicio de limusinas. Esos son ejemplos claros de cómo la tecnología puede reducir costos. Pero, ¿qué pasa con la IA?
Para justificar la inversión de más de un billón de dólares en infraestructura de IA, esta tecnología debería ser capaz de resolver problemas realmente complejos y no simplemente reemplazar trabajos de bajo costo con una tecnología carísima. En la actualidad, la IA se ha demostrado como muy prometedora en tareas existentes como crear código. Pero, pero, pero, según Jim Covello, el Director de Global Equity Research en Goldman Sachs, las estimaciones de estas mejoras han disminuido, y el costo de utilizar la tecnología de IA para resolver tareas es mucho mayor que el de los métodos actuales.
Por ejemplo él apunta que la IA puede actualizar los datos históricos en los modelos de su empresa más rápido que hacerlo manualmente, pero a un costo seis veces mayor.
Lo mejor es que muchos piensan que los costes de la IA van a bajar mágicamente con el tiempo, como sucedió con la tecnología de los 90. Así que si estás esperando que la IA se vuelva asequible, más te vale tomar asiento… y una buena dosis de paciencia. Pero aquí viene lo mejor: la IA no solo es cara, sino que además es, en muchos casos, ineficaz. Sí, señores, después de gastarte una fortuna, puedes acabar con una tecnología que hace un resumen peor que un estudiante con resaca.
La prueba es que dieciocho meses después de la introducción de la IA generativa en todo el mundo, no se ha encontrado ni una sola aplicación verdaderamente transformadora, y lo que es más importante, rentable.
Pablo Foncillas
Columnista de la sección Economía
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