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Expectativas que aún no convergen: para Economía, hasta que el mercado no termine de verla no se podrá abrir el cepo

Una buena parte del equipo económico coincidió el fin de semana pasado en la ciudad de Mendoza, a propósito de la realización de la convención anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas. Fue el fin de semana en el que el Presidente Javier Milei contestó el anteúltimo pronunciamiento económico de la ex presidente Cristina Kircher.

Los funcionarios, tanto de Economía como del Banco Centra, dijeron allí una vez más que el Gobierno no tiene apuro en desmontar el cepo cambiario. La idea fuerza que sostiene ese convencimiento, y en la que coincidieron el presidente del Banco Central Santiago Bausilii, su vicepresidente Vladimir Werning y el secretario de Finanzas Pablo Quirno, es que el levantamiento de las restricciones cambiarias ocurrirá, gradualmente o de una vez, una vez que se de una condición que consideran clave: la “convergencia de expectativas”.

Esto es: que las expectativas a futuro del mercado y los actores económicos sobre el rumbo de la economía y sus principales variables (inflación, tipo de cambio, superávit fiscal, tasa de interés) se ubiquen en el mismo punto. Es lo que hoy no ocurre. El mercado, dicen en Economía, está todavía en un lugar distinto al de las proyecciones oficiales, incluso si se compara los pronósticos previos con los datos que fue ofreciendo la realidad mes a mes, sobre todo con las expectativas de inflación. El REM siempre es un poco más pesimista que el dato oficial que va surgiendo mes a mes. Otro ejemplo puntual. El REM ve el tipo de cambio oficial de fin de 2025 en $ 1.514. Si el Gobierno, como insiste, mantiene el crawling peg al 2% ese dólar debería ser a fin del año que viene de $ 1.298. Primera divergencia a la vista.

Desde ya, esa distancia entre los pronósticos que viene recogiendo el relevamiento del BCRA y el índice de precios se fue achicando mes a mes.

La convergencia de la inflación y de las expectativas es el giro hacia un régimen macroeconómico consistente y produce resultados favorables rápidos” señalo en su exposición Werning, luego de subrayar “Del cepo nos hubiera gustado salir ayer. No estamos enamorados del cepo. No es enamoramiento del cepo, porque la verdad que no poder salir antes del cepo para nosotros es una frustración, no una comodidad. No podemos olvidarnos de los desequilibrios que heredamos. Pero no se olviden que estamos dando un giro de 180 grados”

Werning, hablando de las tasas de interés, pero en un concepto que podría extenderse a toda la gestión económica, señaló: “Acelerar los tiempos es muy arriesgado, hay que hacer la tarea antes de ir al examen”. Y para que quedara claro el mensaje de prudencia extrema a la hora de enfrentar la apertura del cepo cambiario, dijo: “Queremos resguardar a los ahorristas argentinos antes de saltar a la fantasía de la flexibilidad cambiaria. No hace falta enfrentar esa incertidumbre”.

Y aquí la explicación sobre la cuestión “convergencia de expectativas”: “Hay que mirar la dispersión de pronósticos de los economistas. Es clave que las expectativas converjan, porque si hay mucha dispersión nadie sabe cuál es la tasa real de interés, porque dependerá de la inflación que proyecten. No se pueden tomar decisiones con tanta dispersión. La solución para lograr la convergencia es el tiempo, la paciencia y un plan creíble que busca la convergencia de todas las variables, no de una sola”.

Werning aconsejó y prometió: apalancado en los índices de apoyo a la gestión Milei, el vice del Banco Central concluyó así: “No nos apuremos, hagamos los números. En un año vamos a estar mejor y más tranquilos”.

Santiago Bausili, que mayormente ocupó su presentación en mantener un dialogó con su par de Perú Julio Velarde sobre la economía bimonetaria y cómo se sale de las crisis, aportó su visión puntual sobre la cuestión cepo.

“Podemos ir mostrando cómo el equilibrio fiscal es un dato que se va repitiendo mes a mes en un contexto contenido (cepo). Esto nos va a servir para que el día que liberemos los controles de cambio no haya tantas dudas de la fuerza de ese compromiso fiscal, sino que estará bien cementado en las expectativas”.

En otras palabras: Bausili explicó que hay que reforzar la credibilidad y las expectativas para que la salida del cepo no sea traumática, es decir, para evitar un salto cambiario que genere volatilidad y dañe, precisamente, la credibilidad y las expectativas.

Quirno ratificó, naturalmente, las posiciones de Bausili y Werning: “Tenemos que eliminar el gap de credibilidad y expectativas que existe entre nuestras metas y las proyecciones que hace el mercado, porque sino es muy difícil. No se puede avanzar en un camino creíble si hay un gap muy grande de credibilidad y escepticismo. Tenemos que lograr que el mercado se acerque a lo que nosotros estamos viendo». Quirno también explicó por qué al equipo que conduce Luis Caputo hoy no le importa el riesgo país (en 1400 puntos). “Acá hay que entender que nosotros ya tenemos los dólares para pagar los vencimientos de 2025, es decir que como no tenemos que ir al mercado ese número no nos importa. Lo que sí importa es la tasa que están consiguiendo las empresas privadas argentinas de primer nivel, que ya consiguen dólares al 8 o 9% anual. Ese es el número que tienen que importar, porque es el riesgo país que pagan los que salen al mercado”.

Sobre la convergencia de expectativas, el último informe de la Fundación Capital aporta una mirada interesante: “La demora en la desinflación complejiza alcanzar la convergencia nominal de variables deseada por las autoridades. La persistencia de registros en el 4% mensual por cuarto mes consecutivo pone de manifiesto la dificultad de reducir la inercia inflacionaria y la dilación en cobrar los beneficios de la astringencia fiscal y monetaria. Las autoridades mostraron habilidad para reducir rápidamente los registros desde el 25,5% de diciembre al 4,2% en mayo, pero la política económica no encontró la sintonía fina necesaria para romper esa barrera.”

Tal vez este domingo a la noche el Presidente amplíe el panorama. Sobre la salida del cepo lo último que dijo fue esto: “Cuando la base monetaria tradicional crezca por aumento de la demanda de pesos y se iguale con la base monetaria inducida se abrirá el cepo

Hoy la base monetaria amplia está fijada desde abril en $ 47,7 billones. La base monetaria tradicional está en $ 23 billones. ¿Será que habrá que esperar que se cierre ese gap de 24 billones entra una y otra base monetaria?

Un funcionario de primer nivel tradujo así la expresión de Milei. “Yo creo que hizo una construcción teórica conceptual. No una regla de política económica. No reveló una función de reacción. Fue explicando la transición de un desequilibrio hacia un equilibrio y cuando se eliminen los desequilibrios entonces el cepo no tiene razón de ser.”

¿Cuánto faltará para que se eliminen los desequilibrios?. Es tan incierto el panorama en relación a cuándo se abrirá el cepo que las apuestas están divididas: hay bancos extranjeros que lo ven abierto antes de fin de 2024, otros llegan hasta bien entrado 2025.

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