El área alberga «una rica diversidad biológica con valor en sí mismo, y brinda múltiples y fundamentales servicios ecosistémicos para la comunidad», explicaron a Télam desde la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos, y remarcaron la «suma importancia de conservarla y mantener un uso sostenible».
En ese marco, durante los últimos cuatro años se desarrollaron más de 35 reuniones y talleres participativos virtuales y presenciales, entre los sectores público y privado que de ese territorio, con «valiosos debates e intercambios de ideas».
Eso, apuntaron, permitió crear un plan para conservar la dinámica natural de ese sistema de paisajes de humedales típicos del río Paraná, pero también la cultura, ecoturismo y las formas de producción que se desarrollan de forma sostenible.
La región conforma un inmenso humedal con una gran diversidad biológica, entre muchas especies de reptiles, cerca de 180 tipos de peces y más de 200 de aves -varias en peligro de extinción-, entre otros animales que conviven entre islas, humedales, bosques y comparten 38 arroyos.
Por todo ello, la Reserva cumple funciones únicas y fundamentales para el ambiente de la zona como la recarga y descarga de acuíferos, el control de inundaciones, la retención de sedimentos y nutrientes, la estabilización de costas, la reducción de la erosión y la regulación del clima.
El área permite, además, servicios como la provisión de agua de río, y la gran diversidad de especies de plantas, animales y microorganismos sustentan a la producción ganadera, la pesca y el turismo.
El Plan de Manejo otorga herramientas para orientar formas de producir sustentables, fomenta el turismo de naturaleza y desarrolla la investigación, preservación y restauración del lugar.
Aprobado por el Gobierno entrerriano, establece un relevamiento, caracterización y mapeo de la vegetación y diversas pautas de uso permitidas, restringidas y prohibidas en la zona de la Reserva, declarada área natural protegida por el Municipio desde 2003, y desde 2019 por la provincia.
«Amamos y valoramos la importancia de los humedales, y esto marca un antes y un después con reglas y límites, porque necesitamos esa construcción permanente de la identidad isleña como parte de los valores a conservar», aseguró la concejala Carla Almada.
Luego de la sesión, la edil reclamó dejar de «ver a las Islas Victoria como un compartimiento estanco porque tiene que ver con todo lo que lo rodea».
«Estos humedales forman parte de la Cuenca del Plata, la quinta más grande del mundo y la segunda en importancia de América del Sur, perteneciente también al Corredor Fluvial Paraná-Paraguay», completó.
En tanto, la concejala Emilia Forlese añadió que el plan busca «ordenar el territorio, cuidarlo como es y seguir aprovechando los servicios que brinda sin quitar lugar, actividad ni cultura a la gente que vive allí o del humedal».